Perdición (1944)

Una vuelta…“solo de ida”

“Perdición” es una de las obras clave del cine negro. Brillantemente dirigida por Billy Wilder, el guión es una adaptación de la novela “Pacto de sangre” del escritor James M. Cain –una novela basada en un hecho real.

Un agente de seguros, Walter Neff (Fred MacMurray), se dirige a su despacho en la sede de la compañía de seguros Pacific All-Risk Insurance Company. En un dictáfono empieza a grabar una confesión dirigida a su compañero Barton Keyes (Edward G. Robinson). A través de flashbacks, el protagonista nos va a haciendo partícipes de lo acontecido desde que visitó la residencia de los Dietrichson y conoció a Phyllis Dietrichson (Barbara Stanwyck). Walter y Phyllis planean el asesinato del marido de ella para cobrar una cuantiosa suma de dinero procedente de un seguro de accidentes falso.

Encontramos dos protagonistas con caracteres e intenciones totalmente contrapuestas. Walter Neff, un vendedor honrado y de débil carácter que se ve atraído irremediablemente por Phyllis, una mujer fuerte y magnética que le manipula a su interés. Los diálogos entre ambos son excepcionalmente mordaces. Walter desde el inicio es consciente del engaño, sabe cómo terminará pero sigue adelante.

Barton Keyes supone el principal obstáculo para la pareja. Tiene un sexto sentido para averiguar los fraudes. Pese a que descubre parte del plan, su amistad con Walter parece  anular, en parte, a ese “hombrecillo” que detecta los engaños.

A estos tres personajes hay que sumar a Lola Dietrichson (Joan Hearther), la hijastra de Phyllis, y a Nino Zachetti (Byron Barr). Lola es un personaje bastante antagónico a Phyllis. Lola le hace recobrar a Walter la poca sensatez que le queda y él empieza a sentirse culpable. Por su parte Nino desata en Walter unos fuertes celos por su relación con Phyllis.

Sobresaliente la actuación de todo el reparto pero destaco a Barbara Stanwyck. Una verdadera femme fatale, fría y calculadora que juega con Walter por dinero para después deshacerse de él. Sin embargo, Phyllis no puede librarse de Walter y viceversa. Ambos están unidos por un crimen y, suscribiendo a Barton Keyes:

“Tienen que seguir juntos el viaje hasta el final y es un viaje de ida tan solo porque el final de la línea es el cementerio”

Una trama perfectamente desarrollada capaz de enganchar desde el principio y una ambientación muy lograda rematan este clásico del cine negro. 

Mi valoración  (4,5 sobre 5)